jueves, 29 de enero de 2009

De Blues de Jazz para una Rapsódia


DE JAZZ



MELANCOLÍA LITERARIA DEL HIJO DE CRONOS



¿Sabías
en tus adentros
que los poemas no bastan?
Rafael Cadenas

Pero yo,
abrazando fuertemente lo mío, le dije:
No apures –gran hijo de Cronos-
algún día tu pecho, ha de toparse
con su bellota dorada.
Ellos son luz para el camino,
la puerta que se abre,
el amigo amado que llega a casa,
¡lo que nunca dista del alma!
Y si eso no te basta
pensar en algo absoluto, deleznable será;
mientras la bagatela venga con el día
todos seguiremos muertos.


BLAKE VE UN ÁNGEL


Dicha,

ahora que llegas, demora.

Y haz del poema

una música que me habite.



CUANDO EN NOCHES.


Cuando en noches nos visita el insomnio

Las horas nos traen voces lejanas

sólo interrumpe su hablar el delicado roce de la hoja

es un darle paso a otro mundo a otra sumatoria.

El hermoso universo es el mismo, cambia la voz,

lo dicho en la intimidad; algo queda en el tedioso

susurro de la memoria, esa senda costumbre nuestra

de apropiarnos de todo.

¿Qué tienen los libros, qué misterioso sino ocultan

que se parecen a los árboles?




ALEJANDRA PIZARNIK

La dulse niña
juega con sus muñecas
sabe que en el fondo de su vejez
estaría la sutil oscuridad.



A LA MEMORIA DE UN POETA UNIVERSAL


Bajo la luna, alma que descansas,

para ti la vida no fue otra cosa

que un halito infinito de esperanzas.

Hebreos y espíritu, griegos y musa

el sentido es el mismo –lo has palpado–

Las bibliotecas, que aún son tu río,

mis dichas y lágrimas han colmado.

Que el Alado, la noche, el rocío,

el sur, la cábala y el laberinto

nunca permitan al mundo olvidar

tu palabra, la que fue el manejar

la espada al fervor de un buen vinotinto.

Bajo la luna sin duda fuiste hombre…

Los hábitos del orbe son tu nombre.



PESSOA, POESÍA


La timidez de la luna nueva, sentenciosa como la fecha en el mármol,

en vano sabrá lo breve de nuestros siglos,

en vano también habremos agotado el sabor de la cicuta,

el filo del puñal en la espalda de un emperador,

el dolor en las manos de aquel hermoso judío

y el hastío de tantos años acumulados.

Tampoco servirá la bendición de madre cada mañana,

y mucho menos que los pájaros dibujen esplendores en los aires

para guiar a los muertos,

si no vamos al encuentro de la poesía -que nos salvará del olvido

suave viento que la expresan los cielos

cuando están en su virtud suprema.



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